En pleno resurgimiento del interés por la vida y obra de Roberto Gómez Bolaños gracias a la serie biográfica Chespirito: Sin querer queriendo, salió nuevamente a la luz antiguas entrevistas con los actores que formaron parte del legendario elenco de El Chavo del 8. Entre ellas, se destaca una confesión reveladora de María Antonieta de las Nieves, la actriz que dio vida a la entrañable “Chilindrina”.
La confesión de la Chilindrina
Durante una charla con el programa Un Nuevo Día, De las Nieves recordó que, pese al éxito rotundo del programa en toda América Latina, las ganancias para los actores eran mínimas en comparación con las obtenidas por Televisa, la productora del ciclo. “Televisa era la que producía y recibía todo el dinero. A nosotros nos tocaba apenas una fracción”, explicó.
Según detalló, en los primeros años llegó a ganar apenas 100 pesos mexicanos semanales —lo que entonces equivalía a poco más de 900 pesos actuales— y, con el paso del tiempo, su salario por capítulo rondaba entre 1.000 y 1.500 pesos. Estas cifras reflejan un contraste marcado con la repercusión internacional del programa, que fue retransmitido durante décadas en múltiples países.
“Me costó mucho tomar la decisión de dejar a Chespirito”, confesó también en su libro autobiográfico Había una vez una niña en su vecindad, donde relató cómo su relación profesional con Roberto Gómez Bolaños terminó tras un desacuerdo sobre el futuro de su personaje.
La actriz reveló que Gómez Bolaños le había pedido que dejara de interpretar a “La Chilindrina”, lo que motivó su renuncia al programa. Convencida del valor que tenía el personaje que ella misma había ayudado a moldear, tomó una decisión clave: registrarlo legalmente a su nombre.
La creadora de la Chilindrina
En una entrevista posterior con Yordi Rosado, la actriz narró cómo acudió al Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR) con la intención de proteger legalmente a su creación. “Le puse el nombre, las pecas, el vestido… era parte de mí”, dijo. Para su sorpresa, descubrió que ninguno de los personajes del programa había sido registrado, y se le ofreció la posibilidad de hacerlo ella misma.
La actriz decidió quedarse con los derechos de “La Chilindrina”, lo que más tarde le permitió continuar representándola de forma independiente en espectáculos teatrales y otros proyectos, aún después del fin de El Chavo del 8.
“Ya sé que los personajes fueron idea tuya —le dijo en su momento a Chespirito—, pero cada uno les aportamos nuestras formas de ser. Vos ya no querés ser el Chavo, pero yo sí quiero seguir siendo la Chilindrina”.
Hoy, a sus 75 años, María Antonieta de las Nieves sigue siendo una figura querida por varias generaciones, símbolo de un fenómeno televisivo que, más allá de sus luces y sombras, marcó la historia de la televisión en Latinoamérica.